La recuperación de un bien patrimonial en desuso, la re funcionalización del mismo y la sensibilidad con el entorno, fueron los conceptos claves valorados por el jurado para la definición de este ganador de la decimoctava edición del Premio Nacional Clarin-SCA para estudiantes de arquitectura.
Agustín Ichuribehere, alumno de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, en conjunto con la guía del profesor Martín Villanueva, fue el autor del proyecto ganador. Se trata de un edificio para el Departamento de Música y Luthería de la Universidad Nacional del Comahue y la intervención sobre un bien patrimonial: los Galpones de la fábrica de sidra "La Reginense" en Villa Regina, Rio Negro, Argentina.
Conoce en detalle la propuesta con las palabras del autor, a continuación.
El proyecto parte de una lectura global del emplazamiento de los galpones de la fábrica de sidra, situado al pie de la barda norte.
El nuevo edificio se define en un volumen único en planta alta, asentado de forma natural sobre la topografía del terreno, estableciendo una relación entre el galpón y la barda, y generando una integración urbana con la ciudad por medio de una planta baja de espacio público, culminando el recorrido en una particular formación natural totalmente vertical de la roca.
La horizontalidad y materialidad del nuevo edificio pone en valor tanto al edificio patrimonial como a la barda que hace de telón de fondo a éste, haciéndolos protagonistas de la escena.
Un gran espacio público comprende el nivel +/- 0,00. En contacto con la calle de acceso, una plaza arbolada contenida por el galpón y el nuevo edificio continúa en un patio más íntimo al cruzar por debajo la planta alta.
La planta baja contiene todo el programa público de la facultad, en relación directa al patio y a la plaza. En planta alta se encuentra el sector administrativo, la biblioteca y las aulas, agrupadas según la contaminación sonora de cada familia de instrumentos.
El edificio patrimonial está compuesto por tres naves con accesos independientes desde la plaza y una circulación interior que las conecta.
Las dos primeras naves conservan en su interior todas las piletas de fermentación originales, mínimamente modificadas para propiciar su nuevo uso. La primer nave comprende los talleres de luthería, junto a las aulas en un espacio previo a la nave; la nave central contiene las salas de ensayo, separada acústicamente de los ruidos de los talleres por medio de un patio interior entre ambas naves; y la tercer nave es la única en contacto con el nuevo edificio, a través del foayer del auditorio que está en su interior.